Más del 60% de los emprendedores apuestan por crear proyectos de impacto social y medioambiental según el último Informe de Impacto Global de 2020 de Impact Hub y el Centro de Emprendimiento Social de la UEN de Viena. Además, este informe demuestra que este tipo de negocios son rentables, ya que casi el 70% afirman que en el último ejercicio han crecido más del 10%.

En las últimas décadas, empresas y entidades financieras han tratado de demostrar su utilidad social a través de las llamadas estrategias de RSC (Responsabilidad Social Corporativa). No obstante, el avance de las injusticias y la preocupación por el planeta han hecho que estas estrategias, a medio camino entre el activismo y las relaciones públicas, ya no sean suficientes para la sociedad ni para el planeta. Hay que dar más.

El nivel de compromiso de la sociedad ha aumentado tanto en los últimos años que exige a las organizaciones que los valores se integren en todo el ciclo productivo y la identidad de las mismas. Las empresas ya existentes lo saben y se han puesto en marcha con nuevas acciones; por su parte, las nuevas empresas nacen ya con este carácter de impacto social, como en la Unión Europea, donde 1 de cada 4 nuevas empresas apuestan por ello.

El proceso para llevar a cabo un emprendimiento social está considerado como un proceso constructivo que puede desarrollarse de diferentes maneras.

Para empezar, lo primero siempre es saber la esencia o base del proyecto, es decir, qué problema va a solucionar o qué situación va a mejorar. Para encontrar esa oportunidad de crear impacto de valor, estas son buenas preguntas que puedes hacerte:

  • ¿Qué problemas sociales vale la pena resolver? Para inspirarte, puedes echar un ojo a los Objetivos de Desarrollo Sostenible o echar un ojo a tu comunidad y preguntar a tus cercanos.
  • ¿Qué me apasiona o preocupa?
  • ¿Sobre qué sé y tengo experiencia?

Tengo una idea de impacto: ¿y ahora qué?

Para ir más allá y desarrollar de manera eficaz tu emprendimiento social, Tomy Megna, en su charla Startups del futuro: Rentables y sociales para TEDxBarcelona, plantea utilizar una técnica muy sencilla creada por Learning by Helping: El triángulo de las 3Q, una herramienta diseñada para la creación de negocios de impacto social que plantea tres interrogantes:

1.- ¿A quién?

En este caso la pregunta busca responder a qué usuario final le va a resolver una necesidad el proyecto en cuestión.

Por ejemplo, Greta Eco Plugin, un plug in para navegadores que transforma los banners tradicionales en contenido responsable, consigue que los usuarios concienciados en hacer del mundo un lugar mejor puedan dejar de recibir impactos comerciales que no son de su interés e inspirarse con alternativas más responsables.

2- ¿Con qué?

Es la materia prima con la que se va a trabajar en pro de tu emprendimiento social.

En un pequeño poblado al sur de Colombia se presentaban dos graves problemas sociales: contaminación del mar por causa de desechos del pescado y altos índices de desnutrición infantil.

De esta necesidad nace Candy Fish, un proyecto de impacto social que elabora golosinas a base de desechos de pescado los cuales aportan un gran valor nutricional en la población infantil.

En este caso, la materia (desechos de pescado) con la que trabajar solucionó no uno sino dos problemas (desnutrición y contaminación).

3- ¿Con quién?

En esta tercera y última parte, la herramienta plantea contratar a personas que vayan alineadas con la misma misión de tu negocio social.

All Inclusive una productora de eventos inclusivos dirigida por personas con y sin diversidad funcional que, a su vez, ofrece eventos que promuevan el aprendizaje sobre la inclusión social.

Todas las organizaciones pueden ser sostenibles, ya sean gubernamentales, ONG’s de cualquier tamaño e índole social o negocios por cuenta propia, solo hay que mirar más allá y replantear estrategias que, no solo no perjudiquen, sino que mejoren la situación de la sociedad y el medioambiente.

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